Un carpintero experimentado es ciertamente preferible a un inexperto. Un experimentado plomero es ciertamente mejor que un neófito de bricolaje. A pesar de que en esas dos ocupaciones que pueden tener momentos eureka preguntando cómo esa junta nunca salió de la fábrica sin llegar a ser aserrín o preguntando cómo esa "cosa" se abrió camino en el desagüe de la ducha. Pero casi todos los días son días previsibles y aun cuando no es un juguete pegado en el desagüe de la ducha no es realmente una emergencia y la cosa se arregla con el tiempo y todo está bien. La experiencia importa en estas situaciones porque a veces es más fácil obtener una tarjeta nueva de lo que es hacer el mal un trabajo. Se necesita un carpintero con experiencia para conocer la diferencia.
Un bombero con experiencia es un poco diferente. No más alto, más inteligente, o mejor, sólo diferente. Un bombero experimentado sabe que cada sección de la pista puede ser una "curva del hombre muerto." Cada incendio es intrínsecamente diferente. Cada fuga tiene un juguete en él, porque cada caja de camión estacionado frente a una estación podría ser la celebración de la próxima unidad grande que todo cambia, que altera el mundo.
Tal vez esa es la diferencia con la experiencia de los bomberos, la posibilidad de que podría cambiar todo.
La experiencia puede ser una cosa maravillosa si es significativa, es decir, si por conseguir que se llega a un estado terminal de un conocimiento adecuado y viable. La experiencia es algo maravilloso para una tierra perfectamente esférica que gira en un universo newtoniano fricción. Sin embargo, el segundo se agrega la fricción, o lo que Karl Weick llamado "cosmologías", las cosas cambian, y cambian, ya que ahora están en un campo donde es posible modificar los mundos. Eso tiene que ser una experiencia diferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario